Tenemos la suerte de vivir en un sitio mágico para muchos cultivos. Es un clima amable y propicio para cultivar.
Por eso intentamos traer e incorporar a lo nuestro semillas del mundo. Algunas conviven bien con nuestros cultivos y otras no tanto. Pero en ese juego de probar y disfrutar de la tierra viendo como acoge verduras de todo el mundo, disfrutamos como pequeñajos y soñamos que viajamos por el mundo entero.
Ya os contaba en mi artículo sobre Verduras del mundo y sus recetas la riqueza de la fusión en el huerto. Así fue cómo conocimos el tirabeque, hace ya algunos años. Así también nos hemos perdido por los rincones más sabrosos del mundo gracias a los pimientos picantes, las berenjenas asiáticas y por supuesto los tomates con sabor que hemos seleccionado de todos los continentes ( o casi) y que ahora cultivamos.
En las imágenes podéis ver un bitter gourd traido de La India y amaranto que nos llegó desde Chile. Son sólo dos ejemplos de las infinitas variedades que conviven en nuestro pequieño huerto.
El huerto te permite descubrir mundos y culturas maravillosas, conectado de alguna manera con los agricultores lejanos e intentando entender cómo mimar las distintas verduras y cuáles son los secretos de sus mejores cuidados.
Si nos paráramos a conocer las historias que hay detrás de los cultivos de nuestro pequeño huerto, daría para escribir la historia más bonita del mundo entero.