Su cultivo:
La lombarda, como cualquier otra Brassica es un cultivo de invierno hasta primavera y casi llega a los 90 días de producción hasta que posemos cosecharla. Según el año le pueden atacar distintas plagas, pero las de orugas son las más persistentes quizás porque saben que son tremendamente sanas. Taladran sus hojas y debilitan la planta . Hasta que llegan al tronco que lo taladran y es entonces cuando no hay lombarda que se salva.
Pero son duras y fuertes, la forma acogollada y prieta de sus hojas la protegen de las amenazas externas y ahí se mantiene encerrada en su bella coraza. El colorido es impresionante como podéis observar vosotros mismos. Pasa de tonos azules, violáceos a verdes y morados. Por eso creo que la vamos a coronar como la reina lombarda. :)
En la cocina:
Si la lombarda se disfruta en el huerto, pero no os podéis imaginar lo que se disfruta en casa. Al cocinar con ella, al fotografiarla. Realmente me he quedado embobada. Por fin decidí empezar con una ligera ensalada. En juliana, muy finita y alegremente aliñada. En cremas es una pasada y decorativa e la mesa también. Salteadas rápidamente en el wok para acompañar pun pescado o un plato de pasta. Encurtidas o fermentadas ahora que está tan de moda el kimchi , que no es más que una col china aderezada con picante, hierbas aromáticas y fermentada.
Adoro su textura crujiente y sabrosa. Sin duda me he enamorado de la lombarda.