Pero todo tiene un precio, y es que como os decía, al congelar la fruta, se pierde por completo la textura, pero eso no siempre es una desventaja. En según qué frutas, podemos conseguir texturas maravillosas para preparar dulces saludables, helados , sorbetes y batidos libres de grasas. Simplemente bate a alta potencia un plátano congelado con mango, o cualquier otra fruta. Verás cómo consigues una untuosidad divina sin necesidad de utilizar grasas ni azúcares añadidos. El dulzor y el sabor lo aporta la fruta, así que es una de las formas más saludables de prepararnos un capricho rápido en casa.
Si además le añadís leche, ya sea animal o vegetal, podéis conseguir la densidad que más os guste y prepararos unos desayunos de cine.
Otra buena utilidad es para hacer salsas extraordinarias, o mermeladas saludables que para acompañar un desayuno con base de yogur es un acompañamiento formidable.
Sólo debéis tener un par de precauciones a la hora de congelar la fruta. Tomar buena nota:
- Utilizar siempre que podáis fruta ecológica y a ser posible recién cosechada.
- Procurar que no tenga picaduras ni golpes , cuanto mejor esté la fruta mejor será para conservarla.
- Lavarla bien y secarla. Depende de la fruta y de si os gusta con piel o sin ella, esa será la forma de congelarla. Por ejemplo yo las ciruelas las tomo siempre con piel y así las congelo también, eso sí, deshuesadas.
- Tener en cuenta que una vez congelada no os resultará nada fácil manipularla, así que cuanto más preparada para su uso la dejéis, más cómodo y rápido será el utilizarlas.
¿Todavía no congelas tu fruta de temporada? ¡Pues ya puedes empezar! ;)