Cuando era más joven, entendía la ensalada como una mezcla de lechuga, tomate y si acaso algo de cebolla fresca. Con el paso del tiempo y especialmente al vivir en el campo, las ensaladas comenzaron a crearse casi solas con las infinitas verduras del huerto. Por eso he perdido el miedo experimentar con sabores, colores, que también son importantes, además de texturas y aliños.
Con los mismos alimentos, puedes conseguir muchos sabores distintos. Y ya no solo la mezcla de ingredientes, su corte, tipo de cocción o incluso el punto que le des de cocinado, te traerán experiencias muy distintas en tus ensaladas. Y si además intervienen los infinitos tipos de aliño, tenéis alcance de vuestra mano un paraíso infinito de ensaladas de verano.
Si te aburren las ensaladas, prueba a hacer combinaciones distintas.
- Comienza con usar las sobras para crear deliciosas ensaladas. Ya sean verduras cocinadas o carne y pescado. Las mezclas son de lo más inesperadas.
- Utiliza verduras que no sueles usar. Berenjenas, coliflor y todas las que puedas imaginar.
- Combina sin miedo. Que no te asusten las mezclas imposibles.
- Se creativo en los cortes de las verduras y en su presentación.
- Aliña rico. Rematar con un delicioso aliño es uno de los secretos del éxito.
- Corona con aromáticas brotes y semillas. Le darán ese toque maravilloso que con el que tanto se disfruta.
Y eso mismo… ¡DISFRUTA¡ Crea, comparte, repite y enamora a todos con las ensaladas llenas de color y sabor. Este verano va a ser sabrosón.