1. Comenzar con un buen desayuno
Las oportunidades de comer verduras en el desayuno son muchas. Puedes hacer tostadas con verduras que tengas asadas de la noche anterior, como pimientos y tomates cherry, y añadirle rodajas de pepino, queso blanco (o tofu), trocitos de aguacate y espolvorear con semillas de lino, ¡riquísimo! Además si quieres algo más fuerte, puedes hacer una tortilla de verduras con calabacín rallado u otraas verduras salteadas (se puede usar un mix de los que vienen en bolsa). Y también hay un montón de ensaladas deliciosas para tomar en el desayuno que se puede hacer en un instante.
2. Ponle verduras a tu bocata
Un sándwich o bocadillo normal se convierte en un gran sándwich cuando se le agrega verduras: aguacate cremoso, lechuga crujiente, jugosos tomates cherry y dulces rodajas de pepino.
3. Para el almuerzo una ensalada
Una ensalada completa es en nuestra opinión la mejor manera de almuerzar. Puedes tomar una ensalada diferente de almuerzo cada día que te hará sentirte estupendamente al ser una comida ligera y nutritiva. Puedes variar entre un sin fin de ingredientes, muchos tipos de hortalizas (pepino, espinaca, lechuga, apio, tomates, pimientos,...) y legumbres (lentejas, judías, garbanzos,...), granos (espelta, quinoa,...), pasta, arroz, quesos, pescado o pollo.
4. Dipear con verduras
Esta es una nueva adicción que se propaga cada vez más y de la que el rey es el hummus. Pero una vez más, se puede variar sin fin, ¿qué tal si le añadimos remolacha o pimientos asados?
5. Beber verduras
A media mañana o tarde apetece algo entre comidas y qué mejor que un smoothie de verduras y frutas súperfresquito y saludable. ¡Espinacas y frambuesas o pepino y kiwi ¡glu, glu, glú!